Nuestros chips de roble francés fresco, sin tostar y madurados durante 36 meses al aire libre, son perfectamente adecuados para su aplicación desde la vendimia hasta la crianza. En pre-fermentación, proporcionan una protección eficaz contra la oxidación al mismo tiempo que preservan los aromas primarios de la uva. Durante la crianza, añaden estructura, mejoran la estabilidad del vino y la textura, respetando el equilibrio aromático. Promueven la integración armoniosa de los taninos, contribuyendo a la complejidad y la longitud en boca.
Bolsa de 10 kg