¿Y si hacemos una barbacoa con ese buen sabor ahumado?
¿Por qué no llevar aún más lejos nuestro enfoque circular? No todos los robles franceses tienen el porte para acabar en un gran vino, pero ¿por qué no dejarlos brillar en tu barbacoa? Colócalos en la parrilla, deja que el humo haga su magia, ¡y listo! Tus parrilladas ganan en sabor. Sin complicaciones, solo un delicioso sabor ahumado que encantará a todos.